lunes, 21 de abril de 2014

Los vets de mis mascotas: Tradicionales y alternativos


Hace ya unos cuantos años comencé a entender que todo lo que aporte cosas buenas debe ser bienvenido y no excluido.


     Desde pequeña he tenido contacto con la medicina alternativa, pues mi mamá a pesar de ser farmacéutica tomó la decisión (que ahora le agradezco) de llevarme siempre a un pediatra homeópata. Crecí con mi caja de "globulitos" que nunca vi como medicina, para mí eran caramelitos. Tampoco supe lo que eran antipiréticos, antibióticos, nada de eso "anti" me hizo falta gracias a Dios durante mi niñez y adolescencia. Creo que solo he tomado antibióticos una vez (y fue de esos "preventivos", o sea, que creo que ni esa vez hubiese hecho falta)

     Pero bueno, eso solo se los cuento como anécdota. De esas cosas nunca fui consciente porque era pequeña pero ya con 12 años llegó a la casa Didi, mi primera perrita, todo era felicidad hasta que un par de años después comenzó a mostrar síntomas de dolor. La llevamos a un veterinario que quedaba cerca de casa y que mi mamá conocía de sus perritos anteriores.

     Así caímos en manos del Grupo Veterinario Egoavil Sardiñas. Nos atendieron a Didi con muchísimo amor, y le hicieron cuantas pruebas pudieron hasta que una placa mostró una calcificación en los discos vertebrales, de ahí su dolor. Le mandaron algunas medicinas de esas que yo jamás habria tomado entre ellas cortisona y otra cosas fuertes, pero yo aun no entendía mucho de eso, yo solo quería que Didi se sintiera bien. Luego de otros exámenes nos mandan a casita con tratamiento pero cual es nuestra sorpresa, que al bajarla de la mesa del vet, Didi no caminaba, no tenía control de su cuerpo de la mitad hacia atrás...

     Nunca olvidaré lo humanos que a pesar de todo lo tecnológicos fueros los doctores que la trataron (en aquel momento el propio Luis Eduardo Egoavil, la Dra, Sardiñas y el dr. Antonio Salcedo) que luego de todo un récipe de pastillas nos escribía que para comer ella necesitaba más que arroz con pollo, "amor con pollo".

     Fueron días de dormir con ella en el piso en una colchoneta para poder ayudarla si quería ir a hacer pis o tomar agua...los doctores seguían estudiando su caso, incluso el Dr. Egoavil quiso llevar su caso a un congreso que se celebraría en Estados Unidos pero entre tanto, fue el propio doc el que nos asomó la siguiente idea: Él conocía a un veterinario que practicaba la acupuntura y le parecía que quizás unas sesiones podían ayudar un poco a Didi. Nosotros estábamos dispuestos a todo; así es como conocimos al Doctor Felipe Larrazábal.

     Me acuerdo como Didi temblabaaaaba mientras le ponía las agujitas jajaja era todo un espectáculo. Nos mandó algunas cositas de homeopatía y nos veíamos creo que 1 vez a la semana para ponerle acupuntura. Nuestra sorpresa fue que a las pocas sesiones Didi recuperó su movilidad al 100% y sus reflejos en las paticas traseras regresaron poco a poco. Las nuevas placas mostraban la desaparición de las calcificaciones ¿Que fue gracias a la medicina alternativa? TOTALMENTE, pero nunca hubiese sido posible si el doctor ultra tradicional Luis E. nos lo hubiese propuesto, así que fue gracias a incluir, a sumar, a que el doctor supo abrirse e invitar nuevas prácticas que complementaron su tratamiento y mejoraron más rápido a su paciente.

     Didi continuó con sus dos doctores, ya como de "mantenimiento" hasta que un día el doc. Felipe nos dijo que estaba perfecta que ya podíamos dejar la acupuntura. y desde ahí continuamos con la familia Egoavil Sardiñas para sus vacunas, desparacitaciones, y chequeos durante los siguientes 10 años. En ese tiempo llegó a la familia una nueva compañera: Chispa.

Chispa y Didi
     Pasados los años tuve un novio con un Husky Siberiano que de pronto comenzó a quedarse calvo...como tenía confianza plena en mi grupo de vets le recomendé que lo llevase al GVES y así lo hizo. Ellos le diagnosticaron un tumorcito, así que lo que harían sería darle calidad de vida. Era un perro muy jóven y mi novio no concebía esa idea. Ahí recordé al Dr. Felipe que en mi momento me había ayudado tanto.

     Lo llamamos, pero ya no estaba atendiendo...sin embargo, nos dio el telf de su hijo, que había seguido sus pasos...y así llegamos al Dr. Daniel Araiz. Yo acompañé a mi novio a una que otra consulta, pero poco más..Trueno (el Husky) siguió con sus terapias convencionales y alternativas mucho tiempo más y creo que le ha ido bien, pues a mi me dio tiempo de terminar con ese novio, y trueno sigue ladrando y destrozando juguetes! jaja

     En todo este tiempo en una de las visitas de rutina de Didi al GVES una doctora le consigue un soplo cardíaco, me explican que es normal para su edad y me mandan una pastillita que tomará de por vida. Ya con mi mente un poco más abierta y consciente, decido NO darle ni una pastilla. Me reúno con el Dr. con el que tenía más confianza y le dije mi decisión, le expliqué que mis razones eran que si era normal de la edad, ¿Quién era yo para ir en contra del tiempo? le daría una pastilla para el corazón que le afectaría el hígado, luego tendría que darle una pastilla para eso, que seguro afectaría el estómago y así no paramos jamás....y si no fuera así, ¿De qué le serviría a Didi tener un corazón "jóven" si el resto de sus órganos seguirían su curso natural? El doc obviamente me dijo que él lo veía diferente, pero me respetó mi decisión (cosa admirable, pues no todos los doctores son así de abiertos y comprensivos).

     A sus 13 años Didi comenzó a tener ataques epilépticos. El primero fue para nosotros súper aterrador, por no saber qué pasaría después. Volvimos a nuestra familia del GVES de emergencia, donde nos atendió el Dr. Enrique naranjo (el único vet con el que Didi jamás tembló por cierto) le recetaron algunos anti convulsivos que debería tomar para siempre, con el consecuente daño a hígado etc etc. pero se las dimos, pues las convulsiones nos aterraban.

     En ese momento vuelve a mi mente el Dr. Daniel. Hago las averiguaciones y decido llevar a Didi a su consulta luego de muchos años sin verlo. La primera sorpresa, el soplo del que nos habló la otra doctora no aparecía y no digo que la doctora haya estado loca ni mucho menos, pero bueno, esas cosas "inexplicables" que le pasaban a Didi: discos calcificados que luego se descalcificaba y soplos que luego no se escuchaban (esta vez sin la medicación).

     Daniel estudió el caso a fondo, le mandó algunas cositas de la medicina ayurveda (filosofía de la cual quedé enamorada por cierto) y otras cosas más. Nunca nos dijo que descartáramos el tratamiento que nos pusieron los doctores en el GVES, eso sería nuestra decisión. Y decidimos mantenerla, pero como contaba con estas nuevas medicinas de apoyo logramos reducir la dosis (insisto, esto fue nuestra decisión, Daniel jamás nos pidió ir en contra del tratamiento previo) hasta que solo tomaba el equivalente a un par de granitos de arena de la pastilla anti-convulsiva. Disminuyó la frecuencia de los ataques (de 1 a la semana a 1 al mes), la duración de los mismos y el tiempo de recuperación.

     Pero no solo era cuestión de tomar pastillitas y seguir un tratamiento. En este punto Daniel me dijo algo que se me quedará tatuado para siempre como lección de vida "Los perros vinieron al mundo a proteger a sus amos" o sea, Didi había estado "chupándose" mis tensiones, mis miedos, mis rencores. Fueron 14 años de terapia, y al parece, ya le iban pesando. Quedé marcada, entendí el concepto, pero tampoco es fácil de digerir...faltaría una estocada final...

      En nuestra rutina de familia, tocó un día como muchos llevar a Didi y a Chispa a la peluquería. Quedaron hermosas (como siempre) y ese día fueron a visitarme unos amigos a la casa. Cual es mi sorpresa cuando mi amigo es quien se da cuenta que Chispa no le hace caso cuando la llama...¡Estaba sorda! ¿cómo? ¡si ayer estaba bien! y ahí fuimos muuuy molestos al lugar donde la bañaron, pues al salir de ahí no escuchaba más..la doctora del lugar quiso inyectarle un antiinflamatorio pero yo no quise, quería saber qué había pasado, no solamente remediar el asunto. Adivinen a quién llamé para eso?..si, a Daniel.

     Fuimos al consultorio como siempre, la familia toda, y ahí Daniel con la calma que lo caracteriza revisa a Chispa, y de pronto lanza esta bomba: "Hay alguien en la casa que no quiere escuchar algo ¿ a ninguno de ustedes le ha pasado algo?" las lágrimas comenzaron a brotarme sin control...no solo me pasaba algo, es que ahí caí en cuenta que una semana antes YO había tenido un oído tapadíiisimo como nunca en mi vida y no se destapaba con nada que le pusiera...lo primero que sentí fue culpa, Didi toda su vida sufrió de otitis, ahora esto con Chispa, por mi culpa mis perritas estaban mal, pero si yo sólo quiero lo mejor para ellas? Aquí vendría la lección de vida nro. 2: aquello de quiere al prójimo como a ti mismo va a ser verdad. Hay que amarse mucho mucho, para luego poder dar lo mejor al universo. Daniel optó por tratarme a mi más que a las perritas y creo que en este punto no resultará sorpresa que les cuente que Chispa volvió a escuchar perfectamente (sin anti-inflamatorios ni otro medicamento) Mi problema de salud (que era eso que no quería afrontar en ese momento y que no había contado a mis padres), que no contaré porque este post es dedicado a mis perritas, también desapareció "mágicamente" de los exámenes.

     A día de hoy hace poco más de un año que Didi se fue al cielo a descansar, fueron 14 años donde lo que abundó fue salud, amor, besitos, mordiscos, travesuras y sin saberlo, la mejor terapia que pude tener para terminar de sacarme una espinita que tenía desde la infancia y que no me permitía avanzar. Chispa sigue los pasos de su mentora, me cuida, me besa, me ama y me recuerda de vez en cuando (cuando comienza a chuparse las paticas frenéticamente) que debo cuidarme para cuidarla a ella (destaco que ya casi no lo hace :)). Chispa sigue tomando lo mejor de cada mundo: se desparasita, se vacuna y se hace sus chequeos en el GVES y luego vamos a recargar la buena vibra en el consultorio del Dr. Daniel.

     Mi recomendación luego de haber pasado por esas montañas rusas es que no se cierren a una sola cosa, sumen, sumen, busquen más! Les dejo los contactos de estos grandes profesionales que Dios nos puso en el camino, se los recomiendo con los ojos cerrados y se que si ustedes y sus mascotas necesitan algo recibirán de ambos la mejor atención.

Grupo Veterinario Egoavil Sardiñas:
facebook: https://www.facebook.com/gvesvenezuela
Twitter: @GrupoEgoavilS
Por cierto, ellos tienen planes fantásticos para ayudar a mascotas de la calle, para ayudarte a adoptar a los perritos menos favorecidos te dan ventajas como darte la primera consulta gratis...en fin como dije, son muuuuy humanos y comprometidos con su labor. Otro día hablamos con más detalle sobre su labor social.

Dr. Daniel Araiz:
Twitter: @daaraize
Blog: http://mascotayvida.blogspot.com/

Dedicado a ustedes: Daniel, Luis Eduardo, Josefina, Antonio, Felipe, Enrique, les estaré agradecida de por vida!!!

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